Quedé absolutamente helada; intentaba mover mi boca para emitir aunque fuera el mas ínfimo sonido, pero lo único que hacia era una tonta morisqueta con algunos sonidos inteligibles.
-Veo que la niña quedó muda- dijo acercándose reptantemente, mientras me tomaba del cuello y me lanzaba contra la pared más próxima. –Debería matarte como un gusano. No puedo permitir que eches a perder nuestro plan…-
-Detente Hugo. No seas idiota, la niña nos puede servir después de todo- Luciano se acerco lentamente hacia su hermano, obligándolo a bajarme.
Fue un descanso verdadero el que me bajará, ya que la fuerza de Hugo era demasiada y sentía que en menos de cinco minutos estaría completamente muerta. Tomando fuerzas de flaqueza los mire y pregunte: “¿Qué es esto, por qué lo hacen?”
-Hay cosas que no entenderías pequeña niña, sin embargo, sé que nadie te creerá en lo absoluto y creo que lo mas justo sería que sepas al menos, la razón de tu futuro papel en nuestra querida obra- sentencio Luciano, abandonando la mirada amistosa que había tenido hace unas horas atrás.
-¡No digas cosas que no debes Luciano!- Exclamo Hugo.
-Tranquilo, yo sé lo que hago- respondió Luciano tranquilamente.
- Tiempo atrás- comenzó a relatar Luciano - existía en el mundo una esencia maligna. Esta esencia era llamada por todos “El Señor de las Esferas”. Nuestro señor provenía desde hace muchos años atrás y generalmente actuaba en los grandes desastres que acontecían en la humanidad. Con el tiempo fue armando su propio ejército, el cual era uno de los más poderosos que existía en todas las dimensiones de este mundo.-
Quedé simplemente extrañada. Como podía haber existido algo así y nadie haberlo sabido o algo por el estilo. Parecía que Hugo había adivinado mis pensamientos ya que acercándose me dijo:
-¡Nosotros éramos un ejercito de demonios! A cargo de nuestro señor corrompíamos al hombre y causábamos las grandes masacres de la humanidad ¡Que épocas aquellas cuando dominábamos por completo este mundo!
-Aunque no todo resultaría tan bueno después de todo. Mientras nosotros hacíamos festines de sangre y matanzas por doquier, en una dimensión lejana a la nuestra un ejército se preparaba para derrotarnos por completo. Se libro una batalla espeluznante. Fuimos aplastados por una legión llamada la “Legión del Elefante”, la que nos lanzo a un estado intermedio entre todas las dimensiones que existen en el mundo actual. La mayoría de nosotros perecieron, ya que ese espacio es un lugar casi irresistible para un demonio normal; solo algunos pocos logramos arrancar y muchos dejaron de existir a la mitad del camino.-
Luciano miro a Hugo y siguió con su historia, como temiendo de las palabras que podría decir…
-Finalmente quedó nuestro señor luchando contra la legión. El era más poderoso que todos ellos y al no poder contra él lo dejaron encerrado dentro de esa dimensión intermedia. Sellaron la dimensión dejándola como un centro esférico para que no pudiera salir jamás de ahí…-
-Lo que no sabían – prosiguió Hugo – era que nosotros habíamos quedado vivos. A costa de muchos sufrimientos pudimos recuperar nuestras energías y viajamos por muchas partes buscando la forma de traer a nuestro señor de vuelta. Una antigua anciana nos hablo de un ritual de sacrificio en el cual podríamos romper los antiguos sellos del centro esférico. El problema de esto es que jamás se había hecho antes y en nuestros intentos anteriores simplemente sacrificábamos vidas humanas a cambio de nada.-
- Esta vez, sin embargo, sabemos como realizar el ritual correctamente y nada podrá impedirlo. Todo nuestro plan esta perfectamente ideado y nada podrá impedir el regreso de nuestro señor- terminó Luciano
Me bajo un dolor de cabeza horrible, aunque no se comparaba con nada al miedo, asombro y sobretodo expectación que me habían causado las palabras de aquellos dos. Simplemente nosotros seriamos sacrificios para un montón de demonios que querían dominar el mundo. Estaba destinada a morir y lo peor de todo: ¡Lo sabia!
Intente pararme y gracias a un esfuerzo tremendo lo logre. Mis piernas temblaban y no sabía si correr o simplemente dejarme caer de nuevo y esperar la muerte. Asumiendo que ya estaba completamente perdida les pregunte: “¿Qué me harán ahora que sé todo esto?”
Hugo mira a Luciano y este acercando su horrible rostro al mío, respondió: “Nada”
-¿¡Nada!?- preguntamos al unísono Hugo y yo.
-Nada en absoluto, no es mi intención matarte. Tú serás el papel principal en la obra y podrás hacer posible el ritual. No servirá de nada que cuentes esto a alguien, después de todo, ¿quién te creerá semejante historia- finalizo con una carcajada.
La mirada de maldad de ambos demonios termino por convencerme que estaba perdida para siempre. Sin poder aguantar más lo que había escuchado y visto, caí desmayada al piso.
***
Desperté al día siguiente en mi cama. No recordaba como había llegado ahí, así que me senté y me coloque a mirar por la ventana tratando de hacer memoria. De repente sentí un ruido y vi que mi madre entraba a mi habitación llevando una bandeja con un rico desayuno.
-Ayy mamá gracias, no era necesario- dije con una sonrisa
-Hija tienes que comer mas, ayer nos diste un susto grande. Si no hubiera sido por aquellos dos simpáticos profesores hubieras quedado desmayada en aquel gimnasio de tu colegio…-
La verdad cayó a mí como un baño de agua fría. Los recuerdos se arremolinaron en mi cabeza y no atine a otra cosa más que sostener mi cabeza con las manos. Me sentía pésimo, era lo peor que me había podido suceder en la vida, ¿Por qué yo? ¿Por qué?
-Pasa algo hija- pregunto mi madre un tanto preocupada.
Mire a mi mamá y sin duda no pude evitar sentirme horrible. Al final todos seriamos parte de un horrible sacrificio de unos demonios dementes. Todo lo que alguna vez había tenido iba a desaparecer y no había nada que pudiera hacer para evitarlo.
-Nada mamita. Estoy bien, gracias-
-Bueno hija. Cómase todo lo que esa en la bandeja y no se demore mucho. Recuerde que tiene que guardar energías para mañana. No se olvide que tiene ensayo y no puedes faltar. Tus profesores me dijeron que tenías un papel principal ¡Que emoción! – termino mi madre abandonando mi habitación.
Apenas ella salió de mi alcoba comencé a llorar. Era horrible esto, ¿de qué servía seguir viviendo, si al final todo acabaría así?
***
-¡Muy bien Emilia! Sin duda lo estás haciendo genial- dijo Luciano desde su asiento bajo el escenario.
Mire a los dos profesores con asco en mi rostro y salí de la escena. Habían pasado ya dos semanas desde el incidente con ambos y las cosas no podían ser peor. Cada oportunidad que tenían la ocupaban para lanzar indirectas, junto con burlas sarcásticas y muchas cosas más para hacerme sentir mal. Al principio me sentía horrible, ya que yo solamente sabía a que se referían todas las palabras que ellos dedicaban a mí. Intente amenazarlos y salir de la obra, pero sus palabras fueron más que claras:
-No creas que podrás salir muy fácil de acá. Debiste pensarlo dos veces antes de espiarnos y enterarte de todo. Si te atreves a abandonar la obra, asesinaremos a toda tu familia. Recuerda que conocemos tu casa muy bien. La cabeza de tu madre se vería hermosa en mi oficina…- termino Hugo riendo, mientras yo corría abandonando el gimnasio.
Mis compañeros no parecían sospechar nada, al tanto que yo, mientras mas conocía la obra me iban pareciendo mas obvias las intenciones de ellos. La obra consistía básicamente de tres faces. La primera parte se llamaba “la invocación del fuego”, en ella salían Valentina y Catalina sosteniendo una especie de pedestal. Lo colocaban al centro del escenario y repentinamente el pedestal ardía en llamas. Las dos comenzaban a bailar alrededor de l fuego, mientras tanto Carlos y Roberto, caracterizados como fantasmas, comenzaban a manipular a ambas. Finalmente una daba muerte a la otra y la ofrecía al fuego. La segunda parte de la obra era llamada “la brisa de la muerte” en ella la hermana sobreviviente caminaba por una especie de bosque donde Roberto yacía en una silla. Ella besaba su frente y el despertaba para cantarle dulces canciones acerca de las estaciones del viento. La hermana embelesada por su dulce canto sucumbía en un sueño eterno. La ultima parte era “el agua liberadora” aquí todos los personajes se reunían alrededor mío, en donde yo procedía a contarles una historia acerca de las dimensiones del mundo. Tomando una copa de agua procedía a derramarla sobre mi al mismo tiempo que un gran humo cubría lugar dando por terminada la obra.
Me parecía por lo demás enfermo, pero mis compañeros estaban emocionados. Al final de cada ensayo comentaban entre ellos lo excepcional de la supuesta obra.
-Mi madre ya me tiene los trajes para la próxima semana, ¡Estoy feliz!- dijo Roberto
Repentinamente hice conexión. Se me había olvidado que la próxima semana era la obra. El miedo y la angustia se apoderaron de mí y sin duda se debió haber reflejado en mi rostro, ya que Carlos mirándome me dijo:
-¿Te sientes bien, Emilia?-
-Sí, me siento bien. Solo me bajo un dolor de cabeza. Nada grave- le mentí
-Deberías ir a descansar Emilia, he notado que estás un poco estresada por la obra, lo cual es normal, tienes el papel más importante de la obra y veo que te has exigido mucho- dijo con su dulce tono de voz Valentina.
-Gracias, de verdad, creo que eso hare, ¡nos vemos la próxima semana!- les dije.
Salí del gimnasio y tome el bus para irme hacia mi casa, estaba cansada y no sabía que pensar.
***
Tomando en cuenta que ya no podría hacer nada, decidí que esta semana aprovecharía de disfrutar con mis cercanos antes de lo que se vendría. El viernes sería la obra y aprovechando que ahora es lunes, decidí ir a ver a mi abuelita ya que hacía tiempo que no sabía nada de ella.
Mi abuela vivía en una antigua casa casi a las afueras de la ciudad. Ella era la típica abuela supersticiosa, pero ella se diferenciaba de las demás ya que le gustaba mucho investigar. En su casa tenía decenas de libros de fantasmas, duendes, brujas y muchas cosas más. Desde que mi abuelo había muerto, había dejado de lado todas esas cosas aunque si le preguntabas algo, no dudaría en contestártelo.
Mi abuela me atendió muy bien ese día. Hizo para mí un rico almuerzo y lo comimos en el jardín, mientras que un delicioso viento nos acariciaba el rostro. Mas tarde decidimos tomar once en el salón de su casa y mientras ella servía el té, miré que cerca de mí había un viejo libro. Lo tome y vi que tenía por titulo: “Las dimensiones”. Quedé algo confundida y sentí que algo de este libro me daba un extraño presentimiento.
-Abuela, ¿de qué trata este libro?- le pregunté
-A ver- tomo el libro y devolviéndomelo me respondió – este libro habla de las dimensiones paralelas que existen en este mundo. Como tu sabrás este mundo no solo tiene esta dimensión, tiene muchas mas en donde conviven criaturas que incluso pueden traspasar este mundo.
Quedé extrañada y un granito de esperanza nación en mi corazón. Sin poder soportarlo más rompí a llorar. Mi abuela se acerco a mí y me abrazo. No pude aguantar más y le conté todo lo que sabía a mi abuela.
-¡Oh! Mi amor, esto es totalmente horrible y me siento aún mas culpable de que esto te este ocurriendo- dijo temblando mi abuela.
-¿Qué quieres decir abuela? – le pregunte
-Emilia, ¡la que les dio la información sobre el ritual fui yo! Perdóname nieta, yo no sabía que ellos eran demonios, solo pensé que eran forasteros que solo querían saber. Sabes que nadie me toma en cuenta y que ellos me escucharan, era emocionante. Perdóname.
-Abuela, ¡tu no tienes la culpa! ¡No lo sabias! Pero, ¿sabes alguna forma de cómo evitar que el ritual se logre?
-Por supuesto Emilia, es mas, ¡te diré la forma de acabar con estos demonios para siempre!
Mi abuela con una voluntad firma y decisión de hierro, tomo su libro y mostrándome capítulos, junto con ilustraciones y sus explicaciones, comenzó a contarme la manera de terminar todo esto. Todo sería muy difícil, pero si salía bien todo acabaría para siempre…
Continuara...