Los días pasaron rápidamente, mas rápido de lo que podría haber imaginado. El clima dentro de la semana estuvo relativamente nublado, pero aquel día viernes el sol salió cubriendo todo el lugar de buenas energías. Tome el factor del clima como un signo de que todo saldría bien y tomando mi vestuario partí al teatro.
Mi abuela aquel día me explico todo lo que tenia que hacer y me dio consigo un amuleto que me ayudaría. Consistía en dos placas de metal, muy parecidas a las que ocupan los militares. Según las palabras de mi abuela, era muy importante que no olvidara el uso de las placas al momento del ritual…
Llegue al teatro a la hora que fuimos citados todos los actores de la obra. Luciano y Hugo lucían fracs negros, con lo que se veían muchos mas parecidos que antes. Miraban el lugar y parecían mas ansiosos que de costumbre. Revisaban la escenografía, gritaban a los tramoya y estaban expectantes ante el mas mínimo indicio de algo malo. Hugo se acerco a mi lado y susurro a mi oído:
-Recuerda querida, debes hacerlo muy bien-
-Lo sé- respondí cortante
Me fui con los demás chicos a los vestidores a cambiarnos los vestuarios. En media hora mas comenzaría la obra y era importante estar listos. Todos los chicos estaban ansiosos y en sus caras se reflejaban lo emocionados que estaban con la obra que tendrían que interpretar. “Supieran lo que en verdad es “pensé en mi mente.
Una vez que todos estuvimos vestidos, nos miramos y Roberto dijo:
-Bien, nos hemos esforzado en esto y tiene que salir bien. ¡Suerte a todos!
Me sentí muy nerviosa con las palabras de Roberto. Tenía que estar tranquila con lo que venía, pero sin embargo me sentía horriblemente nerviosa. Sin aguantar mas, decidí hablar:
-Chicos, quiero decirles que pase lo que pase hoy, ha sido una maravilla poder contarlos a ustedes como compañeros en esta obra y por favor, les repito, pase lo que pase estén tranquilos y no se preocupen… todos estaremos bien- finalice temblorosa.
-Emilia- se acerco abrazándome Valentina- ¡Eres muy tierna! Por supuesto que todo saldrá bien, no te pongas nerviosa- termino dándome otro abrazo.
Comenzamos a abrazarnos todos, hasta que repentinamente llego Luciano.
-Listo, prepárense. ¡Comenzamos en 5 minutos!
Todos nos miramos y teniendo fe de lo que haría, salimos hacia el escenario dispuestos a dar todo lo de nosotros.
***
La gente espera expectante el comienzo de la obra, en aquel viejo gimnasio. Una antigua música evocando un antiguo ritual de percusiones paganas comienza a sonar, mientras que el telón se abre. Valentina y Catalina están al medio del escenario sosteniendo un pedestal. Ambas hermanas dejan el pedestal al medio de este, mientras que comienzan a danzar cerca de este mismo, la música comienza a resonar fuerte, mientras la voz de Luciano empieza a recitar:
“Del rayo ha de nacer la celesta marcial
Trae contigo una marcha celestial
Ilumina todo con un brillante juego
Aparece ante nosotros, tú, fuego.”
El pedestal arde en llamas, mientras ambas hermanas danzan alrededor de él. Sus movimientos son serios, imaginativos, combinando antiguas pesadillas junto a las canciones de viejas palabras que jamás fueron dichas. Mientras ambas hermanas se entregan a las llamas del fuego hipnotizante, dos fantasmas surgen desde la oscuridad. Cada uno en un enfrentamiento de mil años, tienden a poseer a las hermanas que rinden culto al fuego.
El fuego arde lanzando candelas y calores irradiantes a sus seguidores, mientras las hermanas libran la batalla de la superioridad. Una de ellas conquistará el fuego, mientras la otra solo lo alimentará. Finalmente una de las hermana, en un acto contra su sangre se voltea como un Caín frente a su hermana siendo esta entregada a las llamas. El telón se cierra y la invocación al fuego ha terminado.
El telón se abre otra vez y el paisaje ha cambiado totalmente. El bosque se asume imponente frente a la audiencia expectante. La hermana triunfadora lleva el peso de la sangre y el fuego en su corazón. Camina a un paso inseguro y cortante, como llevando la carga de su propia hermana en sus hombros. Repentinamente, un hombre aparece durmiendo tranquilamente en un asiento hecho de las ramas de un antiguo sauce. Ella mira a ese extraño ser, que solo en sueño parece existir, y como una princesa de cuentos intenta revivirlo con un beso. Roberto despierta de su gran letargo y tomando la mano de su salvadora comienza a cantar:
“Hubo una vez en un reino lejano,
Una joven y su bien enamorado,
Caminaban juntos por los campos de maíz,
Ignorado lo que se escondía por ahí,
Cierto día la muerte apareció,
‘en tres días morirá’ ella sentenció,
Aquellos enamorados simplemente ignorando,
No hicieron caso y siguieron caminando,
Mas, sin embargo, un día aconteció,
Que una brisa maligna a ella la tomó,
El joven sorprendido no supo que hacer,
Y sin nada mas quiso desfallecer,
‘brisa quiero irme con ella’,
Mas la brisa no la llevo con ella,
En un sueño eterno lo llevo,
Hasta que un día una joven lo despertó,
Pero la muerte es brava y siempre encuentra,
Y esta vez no quiso estar exenta,
Y en una maldición de mas de mil años,
La brisa esta vez la toma como en un baño,
De colores y cosas mas,
Diciendo para siempre, no existirás…”
La hermana en el éxtasis de aquella historia de amor trágico, no toma en cuenta la brisa que recorre el lugar. Sin que ni siquiera el paso del tiempo pueda darle su juicio, la brisa toma su vida para siempre. La hermana queda inerte, mientras aquel antiguo caballero vuelve a su letargo, esperando a la próxima que venga por él.
Las campanas comienzan a resonar junto con el sonido de los tambores. Un ritmo frenético e invocatorio comienza a sonar. Llamas cubren el escenario y todos se sienten fascinados ante la última escena que tienen a su vista. Emilie luce un hermoso vestido azul , revestido en perlas y adornos marinos. Bajo sus pies se colocan la hermana consumida por el fuego, a su lado la amortiguada por el aire, junto a los dos antiguos fantasmas. Emilie sostiene en sus manos un antiguo cáliz lleno de agua. Elevándolo a los aires procede a contar:
“En siete formas el mundo ha de estar
Mas solo en una yo puedo mirar
En once visiones les puedo contar
Acerca de las maravillas de un infinito mar
En dos ocasiones me puedo desdoblar
Mas solo en una yo puedo mitigar
El poder que encierra en sí la esfera
Trescientos sesenta e infinito
Todos prueben el sabor de lo maldito
Itinera me iustus mihi”
Una luz comienza a llenar por completo el lugar. Nadie parece notar que sobre sus cabezas se comienza a remolinar el cielo. Nubes de colores negros, morados y grises se amontonan formando una especie de camino. Luciano y Hugo miran sorprendidos desde sus asientos; esa no es la forma correcta del ritual. Ambos se levantan de sus asientos decididos a parar a Emilia en esta proceso erróneo de invocación mas ella decidida de lo que tiene que hacer, introduce las medallas dentro del cáliz y vacía el agua sobre ella. La luz que cubre el lugar se dirige hacia ella y es arrastrada junto a los demonios que intentan impedir lo que se avecina. Sin mas avistamientos de nada en especial, la luz se extingue dejando un gimnasio en las penumbras.
***
Una sutil neblina cubría el lugar. Tuve la sensación de que conocía esta neblina pero decidí no tomarle más atención. Me levante del piso en el cual me encontraba recostada y vi como caían las placas de metal de mi abuela. Había resultado, había detenido el ritual, pero no sabía donde demonios me encontraba.
“La maravilla de este ritual es que si pronuncias las palabras de otra forma resulta totalmente distinto a lo que es en verdad. Esos demonios idiotas probaron mucho tiempo ya que no sabían bien como abrir las distintas puertas que conducen al centro esférico, el cual es el centro de todas las dimensiones de este mundo. Una vez que digas las palabras cambiadas tomaras las medallas y te iras al centro esférico. Ahí mismo deberás buscar el lugar donde se encuentra el Señor de las Esferas y sellarás su templo con estas medallas. Una vez terminado, deberás devolverte, pero recuerda, si no pronuncias las palabras correctas te quedarás ahí para siempre, solo tienes una oportunidad para volver…”
Las palabras de mi abuela recobraron sentido en ese mismo instante y decidí mirar el lugar donde me encontraba. Era un lugar lleno de una extraña neblina, pero lo mas extraño es que no había nada alrededor. Camine sin rumbo un rato y comencé a sentirme cansada. Pensé que en realidad no encontraría nada, pero para mi mala suerte no podía recordar las palabras para volver. Había recordado que en el ritual las palabras que cambie fueron las que estaban en latín, pero no recordaba las palabras que mi abuela me había dicho para regresar. Me senté, tratando de hacer memoria, cuando de repente vi una criatura blanca muy cerca mío.
Me asuste y me pare de inmediato. La criatura se acerco y por un momento estuve a punto de gritar mas no lo hice ya que un extraño recuerdo vino hacia mí. El incidente que tuve el día del ensayo cuando iba en el bus. Sentí como que una pequeña ampolleta se encendía en mi memoria. Ese día había una neblina así también. ¡Todo encajaba! pero, ¿Qué era lo que de verdad estaba sucediendo?
La criatura se acerco a mi. Mientras se acercaba note que su piel era completamente blanca, casi como el papel. Tenía la apariencia de un ser humano, pero caminaba un tanto extraño y sus ojos eran completamente azules, al igual que los de Hugo y Luciano.
-Te estaba esperando Emilia- me hablo la criatura
-¿Por qué?- pregunté
-Sígueme- me respondió
Camine con el un largo rato hasta que llegamos a una extraña edificación. Me acorde del coliseo romano cuando la vi, era completamente redonda y tenia la apariencia de tener muchos años.
-Este es el lugar en donde esta el Señor de las Esferas. Una antigua profecía hablaba de una niña que salvaría este lugar. Sabia de los pasos de aquellos demonios y cuando vi que se dirigían hacia tu ciudad decidí interceptarte. Ese día en el bus vi que tu serías la niña que cumplirías esa misión. Ojalá algún día me disculpes, pero eres la única digna para hacer esto. Espero que lo puedas hacer muy bien. Yo te acompañare hasta adentro, mas tu deberás sellar sola la maldad contenida ahí – dijo la criatura
- ¿Quién eres tú?- le pregunté
- Me llamo Wolken, soy uno de los sobrevivientes de la Legión del Elefante, los demás podríamos decir que aún están vivos pero a la vez no.
-¿cómo es eso?-
-Entremos acá, luego sabrás-
Caminamos hacia el edificio y Wolken me condujo hacia la entrada de este. Apenas entramos en el lugar sentí un ruido muy extraño y a la vez familiar. Sentía correr agua y a la vez sentía que muchas uñas arañaban las paredes. Wolken pareció notar mi extrañeza y me dijo:
-Cuando sellamos al Señor de las esferas ocupamos demasiada energía. Tuvimos solo una opción y esa fue que mis compañeros ocuparan sus cuerpos para formar este edificio gigante. Este lugar es el centro de las esferas, por lo tanto un demonio no puede entrar, mas el Señor de las Esferas en su infinita maldad si puede sobrevivir acá. Mis compañeros se encuentras encerrados en estas paredes. Si logras sellar al Señor de las Esferas, podrás liberarlos y todo esto acabará- finalizo con una sonrisa
Pensé que esto era ahora o nunca. Apreté fuertemente las medallas en mis manos y mire todo el lugar. Estábamos justo al medio y si miraba por el lugar, estaba lleno de puertas y muchos pisos hacia arriba. Me parecía un tanto tenebroso junto a los horribles sonidos que emitían las paredes.
-Quiero hacerte solo una pregunta antes de ir, ¿Tiene mi abuela algo que ver en esto?
Wolken me miro y con una sonrisa me respondió:
-Tu abuela es una señora muy interesante. Nadie la toma en cuenta, pero ella misma me dio la profecía sobre este hecho tiempo atrás cuando le conté y pregunté sobre este hecho. Para sorpresa de todos, creo que ni ella misma sabía que sería su nieta la que salvaría este lugar…-
El saber que mi abuela no me había mandado insegura hacia acá me tranquilizaba. Miré a Wolken y este apunto a una puerta que estaba cercana. Sin ni siquiera pensarlo supe que tenía que hacer. Camine hacia la puerta y abriéndola entre en aquella habitación.
El lugar estaba alumbrado por una luz dorada y en el centro de este lugar se encontraba un cubo que estaba suspendido en el aire. El cubo era de un color negro muy profundo y flotaba inmune a mi vista.
-¿Cómo mierda se supone que debo sellar ese cubo con estas medallas?
No hube terminado mi pregunta cuando sentí que estaba de espaldas en el suelo. Dos criaturas sumamente blancas, con cuernos, vertebras sobresaliente y rayas me miraban como yacía en el piso.
-¡Niña estúpida! Creías que podrías hacernos idiotas e intenta hacer algo con nuestro señor – dijo Hugo
-No pierdas tiempo hermano, toma a la chica y ofrécela de sacrificio el cubo, ¡Su energía mas de la de las estúpidas medallas serán suficientes para liberar a nuestro señor!
Hugo iba a tomarme en brazos cuando repentinamente la puerta exploto. Wolken se lanzo contra Hugo y Luciano a la vez se lanzo contra Wolken. Los tres luchaban salvajemente y ahí mismo supe que era mi oportunidad. Tome las medallas que estaban cerca de mí y con todas mis fuerzas las lance contra el cubo.
El cubo brillo y comenzó a lanzar un humo de color negro. Hugo, quien tenia a Wolken del cuello, se paro rápidamente y se lanzo contra el cubo. Sin ni siquiera pensarlo mucho, presentí lo que iba a pasar. El Cubo absorbió a Hugo y comenzó a tiritar rápidamente. Miré horrorizada a Wolken y este me dijo:
-¡Vamos Emilia! ¡Sella al Señor de las Esferas antes que sea tarde!
-Pero ¡¿cómo?!
-¡Ocupa tu fuerza espiritual y ….!
Wolken no alcanzo a terminar ya que Luciano se lanzo contra el y comenzaron a pelear de nuevo. Se lanzaban golpes, patadas y toda clases de ataques hasta que de improvisto un sonido nos paralizo a todos. El cubo se ilumino completamente y se rompió. Un humo de color negro comenzó a llenar el lugar e intentaba tomar una forma definida. Luciano quien estaba acorralado por Wolken dijo:
-¡Señor venga hacia mi! ¡Ofrezco mi cuerpo para usted!
El humo se fue directamente a Luciano y este comenzó a elevarse por los aires mientras comenzaba a sufrir horribles espasmos.
-Emilia séllalo con tus poderes, si el toma forma definida ¡será muy tarde!
“Iniquitatem meam”. Recordé que esas eran las palabras que mi abuela me había dado para poder devolverme. Por un momento vi la oportunidad de regresar, pero en un segundo descubrí lo que tenía que hacer. No sabía por qué, pero esas palabras me hicieron mucho sentido y supe lo que tenía que hacer.
Tome las medallas de mi abuela y sin pensarlo me lance hacia Luciano. Con todas mis fuerzas le di un combo en su estomago y grite con todas mis fuerzas “INIQUITATEM MEAM”
El edificio comenzó a temblar y el humo comenzó a dispersarse. Todo comenzaba a arremolinarse alrededor de nosotros y podía ver como unos seres comenzaban a salir desde las paredes. Luciano me miraba con una mirada que parecía expresar todo el odio del mundo, mientras su cuerpo comenzaba a desvanecerse. El humo que lo envolvía comenzaba a irse de nuestro lado, se estaba escapando.
Sentía muy pocas fuerzas en mi cuerpo, pero sabía que no podía dejar que el se escapará.
-Emilia no intentes nada mas, lo que hiciste lo ha dejado muy débil y a ti también. ¡Si intentas algo morirán los dos!
Por un momento pasaron por mi cabeza muchas cosas. Pude recordar mi vida, mis amigos, mi madre, mi abuela, mis compañeros de teatro. ¿Valdría la pena la vida si no podría compartirla tranquilamente con ellos? ¿Podría estar tranquila conmigo misma, sabiendo que pudiendo haber hecho algo no lo hice? Sin pensarlo decidí hacerlo.
Con todas mis fuerzas salte hacia el humo que se escapaba y con las medallas en la mano lo abrace concentrando todas mis fuerzas en ello. El edificio comenzaba a caerse en pedazos mientras las criaturas salían de las paredes y comenzaban a cercarnos. Todo era un circulo vertiginoso de matices blancos y grises. Todo acabaría, todo sería mejor, sí. todo sería mejor, lo sabía…
***
Las personas no parecían recordar el incidente relacionado con aquel teatro. Todos parecían haber despertado de una horrible pesadilla cuando descubrieron que la protagonista yacía desmayada en el escenario. Ambos profesores habían desaparecido de la ciudad mientras se sostenía la obra. Nadie parecía entender nada en esa ciudad y prefirieron obviar lo ocurrido antes de sacar conclusiones que estuvieran fuera de la normalidad colectiva.
La niña fue auxiliada lo antes posible. Según los médicos fue un pequeño ataque al corazón el cual por milagro la dejo viva. La joven yacía hospitalizada y a los pocos días ya podía hablar. Sus amigos y familiares la iban a visitar todos los días y la niña poco a poco iba mejorando
Cierto día su abuela paso a ver a su nieta. La muchacha dormía tranquilamente en su cama, hasta que el presentimiento de un recuerdo metafísico pareció quitarle el sueño.
-¡Abuela! Lo logré, todo esta bien- dije contenta
-Me parece muy bien Emilia, estoy muy orgullosa de ti, te felicito- dijo con una sonrisa
-Abuela, ¿todo acabo cierto?
-Por el momento Emilia querida, por el momento. Es muy difícil que la maldad se acabe de un día para otro, esto es una lucha constante, como yo también hace muchos años ayude en la lucha contra el Señor de las Esferas, esta vez te toco a ti y seguramente muy pronto aparecerá una nueva amenaza la cual será enfrentada quizás por tu hija o nieta seguramente. Pero, por el momento, ¡Es hora de descansar! Mas adelante tendrás tiempo para eso, por ahora me encantaría que viajáramos al campo, tengo tantas cosas que mostrarte…
Mientras mi abuela planeaba nuestros futuros planes para disfrutar nuestro momento de paz, en mi mente quedaba la seguridad de que pasara lo que pasara, mientras exista amor o cualquier cosa que le de un motivo a la vida, no hay que temer ya que eso sin duda será el aliciente para poder librar las muchas batallas que se vendrán por delante. Mas por el momento, solo me dedicaría a disfrutar y quizás en algún tiempo mas, poder actuar en una obra de teatro, pero esta vez una normal.
FIN